sábado, 23 de noviembre de 2013

Críticas de cine: STAR TREK EN LA OSCURIDAD (Estreno en Blu Ray)



¿Habéis pensado alguna vez qué os gustaría deciros a vosotros mismos si, por azares del destino, pudieseis viajar al pasado y encontraros con vosotros un par de años más jóvenes?
 
En mi caso supongo que hay varias cosas que me diría a mi mismo: “No dejes pasar el tiempo" "Pasa a la acción”, ”No tengas miedo” “No te tomes a ti mismo demasiado en serio" "No te enfades a menudo” “Esmérate por mantener a la gente que merece la pena tu lado “, y un largo etc. que, supongo, variará más o menos en función de la persona a la que le hagas esta pregunta.

 En mi caso particular, si apareciese por el pasillo un “yo” cinco años más viejo y me dijese que la saga de Star trek iba a convertirse en una de mis sagas predilectas, por encima incluso de Star Wars (y eso que la trilogía nueva de Star wars no me parece tan horrible como la gran mayoría de la gente piensa) probablemente le diría que se metiese su Delorean con su correspondiente condensador de fluzo por donde le cupiese, porque eso es prácticamente imposible.
 
 
Pero por difícil que pudiera parecerme hace 5 años, lo cierto es que, de la noche a la mañana la saga Star Trek ha pasado de ser una de esas series freaks de factura paupérrima y personajes extrañísimos a convertirse en una de mis favoritas.
 
Y el artífice de semejante cambio no ha sido otro que J.J Abrahms, creador de “Perdidos” o “Alias” y director de “Mission Impossible III”, que ha demostrado tener buen ojo para crear historias que atrapan al espectador y que actualmente se encuentra inmerso en la producción del siguiente Episodio de Star Wars (del que recientemente se ha publicado la primera imagen).
 
Bueno pues ya que estamos ¿qué os parece que empecemos por la pregunta de siempre?
 
¿Merece la pena esta secuela?
 
La respuesta es un “¡desde luego que sí!” a voz en grito, porque si bien considero que es una secuela que no supera al Star Trek original de 2009 (que era un derroche de acción efectos visuales y personajes carismáticos) es desde luego una segunda parte a la que merece (y mucho) la pena echarle un vistazo.
 
 
 
Uno de los grandes aciertos de la película original fueron los personajes. Roberto Orci y Alex Kurtzman, guionistas de la primera película estrenada en 2009 desarrollaron, a partir de la estructura de los creados por Gene Roddenberry , unos personajes que, a pesar de vivir aventuras en una galaxia muy lejana (¡Uy eso no es de aquí!) resultaban ser muy humanos, y con los que resultaba muy sencillo empatizar, de tal forma que a nosotros como espectadores nos importaba (mucho) lo que les ocurría a lo largo de la historia.
 
Y “Star Trek: en la oscuridad sigue esos mismos derroteros. Esta secuela nos encontramos con un argumento continuista en el que tienen cabida todos los personajes de la primera parte, es decir, nuestros amigos Kirk, Spock, Scotty, Bones, Uhura y un largo etc a los que ya conocemos y en cuyas relaciones se profundiza con acierto. En particular resulta muy interesante la relación entre Kirk y Spock, que nos depara no sólo algunos momentos verdaderamente cómicos, sino también el momento más emotivo de toda la cinta; y la concerniente a Spock y Uhura que pese a ser mostrada con brevedad nos permite entender con mayor profundidad cuales son las motivaciones del vulcaniano (ver cuando Spock da por hecho que va a morir al inicio de la película o la conversación de éste con Uhura en la que expresa las razones de su comportamiento poco afectivo).
 
A esta galería de personajes ya conocidos, se integran algunos nuevos, como el villano del film, John Harrison, cuyo verdadero nombre se desvela en la segunda hora de metraje y que desde luego supone uno de los mayores aciertos de la cinta, no sólo por el personaje en sí (inteligente, cruel y físicamente superior a cualquier humano) sino por la acertada interpretación de Benedict Cumberbatch, que con sus gestos y su voz (en versión original claro, no en vano va a poner su voz al dragón Smaug en la secuela de “El Hobbit”) compone uno de esos villanos (como el Joker del Caballero Oscuro) que elevan la calidad e interés de la cinta a niveles insospechados (En mi opinión es de lo más destacable de la película sin duda).
 
 
Y si los personajes siguen siendo uno de los puntos fuertes de la película lo mismo puede decirse de las secuencias de acción que son espectaculares (ver secuencia en la que el Entreprise se estrella contra la versión futurista de San Francisco) bastante originales dadas las características de este tipo de producciones (ver cuando Kirk y Spock cruzan al más puro estilo “Origen” el interior de un Enterprise que ha perdido el control de su gravedad) y lo más trepidante que he podido ver desde la trilogía “Bourne” (sólo que filmadas con un estilo mucho más clásico que el de las dos cintas de Paul Greengrass).
 
Comenzando por la secuencia que abre la película (que salvando los años luz de distancia es un homenaje a “En busca del arca perdida”) hasta el clímax final entre Spock y Harrison que no sólo es atípico (por reducirse a un cuerpo a cuerpo entre dos personajes que están al límite tanto en lo físico como en lo emocional) sino que está filmada con una elegancia y una espectacularidad pocas veces vista en una producción de estas características. Mención especial merece la secuencia en la que Kirk y Harrison se desplazan por el espacio desde el Enterprise hasta una nave “enemiga” en la que se pone de manifiesto el buen uso del sonido (ver cuando ambos personajes son lanzados al espacio) y de la música (obra de Michael Giachino ver la conclusión de la secuencia) en esta película.
 
 
La música por su parte sigue siendo también excepcional y recupera sutilmente algunos temas de la música creada para la serie original, creando otros nuevos que funcionan francamente bien (a mi me encantan “Pranking the Natives", “Ship to Ship” y “The San Fran Hustle” que no son temas como tales pero si composiciones que acompañan la acción de forma excepcional) y que en algunos casos son realmente emotivos (“London Calling” pone la piel de gallina)
 
Y entre tanto elogio creo que no sólo es oportuno sino obligado hablar de los puntos flacos de la película. Uno de ellos es el argumento que, sin ser malo, da demasiadas vueltas de tuerca para acabar siendo la típica historia del malo malísimo contra los buenos de turno. A su vez esta complicación del argumento repercute negativamente en el ritmo de la película que se resiente un poco después de la primera media hora, sólo para volver a recuperar el brío en los últimos cuarenta y cinco minutos finales que son apoteósicos.
 
 
Pero estos defectos no son suficientes para echar abajo el tremendo espectáculo que es “Star Trek: en la oscuridad” que, como indicaba al inicio de esta entrada consolida la saga como una de las franquicias de mayor calidad del momento (y una de mis predilectas) y a la que le deseamos larga vida y prosperidad. Ahora que la silla del director de la próxima entrega ha quedado libre (como consecuencia del abandono de J.J Abrams) sólo nos queda desearle al futuro y aún desconocido director que tome el relevo...

¡Que la fuerza te acompañe!

(Ah no que eso no es de aquí...)

2 comentarios:

  1. A mi me llamó mucho la atención la escena en la que cuenta en silencio la historia de la pareja en la ciudad. Sólo lo acompaña la música y la expresión de los actores. Y la falta de diálogo aporta dramatismo.
    Y yo, que no he visto la saga original, me apunto a esta nueva. Humor, acción y valores es una combinación que no es fácil de sostener.
    Elena

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  2. Que razón tienes...larga vida y prosperidad a Kirk y Spock!

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