martes, 19 de noviembre de 2013

10 VIDEOJUEGOS QUE MARCARON NUESTRA VIDA Parte I

 
No cabe duda que los videojuegos se han convertido hoy en día en una de las formas más populares de entretenimiento. Las razones por las que éstos se han consolidado como una de las opciones más elegidas por los usuarios para emplear su tiempo de ocio son obvias y de lo más variadas. Permiten desconectar de tu rutina diaria, socializar con otros jugadores (bien sea en línea o con tus compañeros en la misma sala) aprender o mejorar los reflejos.

Pero la razón fundamental por la que la mayoría de nosotros nos acercamos de forma regular a los videojuegos es porque nos permiten “vivir” vidas que son ajenas a las nuestras y que, probablemente jamás seríamos capaces de experimentar si no fuera por esta forma de entretenimiento digital. ¿Quién no recuerda aquel anuncio de la PSX que decía aquello de “yo si puedo decir que he vivido”? Y es que, a través de los videojuegos podemos experimentar (salvando las distancias) qué siente un futbolista de élite al jugar la final de la copa del mundo, que se siente al descubrir un hallazgo de origen milenario en las profunidades del Himalaya, o como se sintieron los soldados aliados en el desembarco de Normandía el 6 de Junio de 1944.
 
 
Llevo en esto de los videojuegos 20 años, y a lo largo de todo ese tiempo muchos han sido los juegos que han pasado por mis manos. Sin embargo a pesar de que han sido tantos los que han pasado por mis retinas, conservo en el recuerdo sólo unos pocos, que realmente me hicieron “vivir” experiencias únicas, que me hicieron vibrar de una manera especial y que probablemente recordaré toda mi vida.
 
Este post va dedicado con mucho cariño a esos juegos tan especiales que definieron nuestra manera de jugar y que dejaron huella en nosotros cambiándonos para siempre:
 
- Super Mario Land (Nintendo, Game Boy, 1989)
 
 
Este es, sin duda, uno de los juegos que marcó mi infancia. Apenas tenía unos 7 años cuando lo jugué por primera vez allá por los 90. Supongo que si hubiera sido un poco más mayorcito en esta lista figuraría el propio “Super Mario Bros” de NES (1985) pero el destino quiso que mi primera aventura junto a Mario fuese en la recién estrenada portátil de Nintendo.
 
A día de hoy sigo recordando prácticamente todas las fases del juego (como olvidar el detalle de los enemigos inspirados en las estatuas de la isla de Pascua) pero en especial he sido incapaz de olvidar la batalla final con Tatanga. Un pequeño diablillo montado en una nave espacial disparando proyectiles que se desplegaban en 3 y que te obligaban a hacer uso de toda tu habilidad para derrotarlo. Aquella batalla ha sido superada con creces desde entonces por numerosos videojuegos, pero en aquel momento, el enfrentamiento de Super Mario montado en un biplano contra un alienígena en una suerte de Thermomix voladora era la máxima expresión de la palabra épico.

 
-Zelda: a Link To the Past (Nintendo, Super Nes, 1992)
 
 
Secuela del mítico Zelda de Nes de 1986, Zelda a LttP, se convitió, en el momento de su lanzamiento, en uno de los juegos punteros del denominado por aquel entonces “cerebro de la Bestia”. Y francamente no me extraña. Zelda: a Link to the Past, fue uno de los primeros juegos de la historia que realmente nos hizo sentir partícipes de estar tomando parte en una inmensa aventura y en la forja de un héroe. Esta sensación ha sido recreada desde entonces con mayor acierto y espectacularidad (mismamente por el propio “Ocarina of Time” de la N64 del 98 al que le reservo un puesto de honor en la segunda parte de este post) pero en este juego fue la primera vez que lo experimentamos, dejando en nosotros una huella indeleble.
 
Y esta sensación se conseguía mediante una historia para el recuerdo (que incluía el viaje del héroe desde sus inicios, princesas en apuros y malvados magos con poderes oscuros), unos escenarios inmensos (que incluían montañas, bosques misteriosos castillos e incluso dos versiones del mismo mundo, el de la luz y el de las sombras…) personajes carismáticos a más no poder (el propio Link, el villano Aghanim, Ganondorf en versión “porcina”) una larguísima duración para los cánones de la época (que incluían la posibilidad de guardar la partida), una dificultad fuera de lo común (quien no recuerda la famosa mazmorra del hielo…que exigía tirar bloques de un piso a otro para poder atravesarla…) y una banda sonora que aún hoy muchos de nosotros somos capaces de tararear (la música de Kakariko´s Village o la del castillo del rey…)
 
 
Pero lo que hizo grande a Link to the Past, aparte de todos estos elementos mencionados anteriormente fue la acumulación de grandes momentos. ¿Quién no se sintió sólo y desamparado al salir de la cabaña de Link en una noche oscura y lluviosa para ir al encuentro de su tio desaparecido? ¿Y cómo olvidar la sensación de miedo y excitación cuando nos adentramos por primera vez en el brumoso bosque perdido en busca de la legendaria espada maestra?. Tampoco es fácil de olvidar la lucha con Aghanim en la torre del mismo nombre. O el momento en el que superamos la dificilísima mazmorra de hielo y pudimos, al fin respirar aliviados...
 
Todos esos momentos quedaron grabados a fuego en las retinas de los jugadores de SNES de aquella época, que sin duda cayeron rendidos para siempre bajo el embrujo de la Leyenda de Zelda.
 
- Street Fighter II (Capcom, multiplataforma, 1991)
 
 
En su momento Street Fighter II causó verdadero furor en las recreativas; fueras al salón recreativo al que fueras siempre encontrabas una máquina de Street Fighter (y una cola de gente esperando para jugar) en la que gastarte la asignación semanal. En mi caso, eché muchísimas horas en esta recreativa (y más tarde muchas más en las consolas) hasta que me convertí en un auténtico maniaco del juego (hasta el punto de acabármelo en el máximo nivel de dificultad sin perder un solo Round) El carisma de los personajes (que no ha sido a día de hoy superado por los de ningún otro juego de lucha) la mezcla y variedad de luchadores y magias (como olvidar el mítico “Hadoken” o el “Shoryuken” de Ryu) y una jugabilidad endiablada, directa y sencilla convirtieron a este juego en una auténtica leyenda que a día de hoy no sólo se sigue reeditando una y otra vez (en colecciones de clásicos), sino que también sigue siendo el modelo a imitar en el género de lucha. Por algo será.
 
-Super Mario 64 (Nintendo, N64, 1997)
 
 
Mario 64 fue uno de esos juegos que cambiaron la historia de los videojuegos para siempre. Supongo que, para muchos, pasó inadvertido en su momento debido a que salió en una plataforma (la Nintendo 64) que nunca llegó a tener la recepción que se merecía (a pesar de contar en su haber con títulos revolucionarios y excepcionales como el propio Mario 64, Goldeneye 007, Banjo Kazooie, Zelda: Ocarina of Time, o Perfect Dark sin ir más lejos). Y los que no lo probaron en su momento, no pudieron comprobar por ellos mismos lo mucho que el actual mundo consolero le debe a este juego.
 
En este juego no sólo se experimentó por primera vez con personajes integrados en un mundo totalmente tridimensional (otros juegos lo habían hecho antes pero sin alcanzar tales cotas de perfección, como el Tomb Raider y sus pixeles como elefantes) sino que lo hizo con una naturalidad excepcional (Mario parecía realmente integrado en los enormes y abiertos escenarios) un impecable control (que incluía el uso del revolucionario stick, que permitía graduar los movimientos de los personajes en función de la presión aplicada al mismo, y cuyo origen todo el mundo parece adjudicarle erróneamente al Dual Shock de PS2) y un diseño de niveles extraordinario (quién no recuerda Tick Tock Clock o Rainbow Ride) que haría avergonzarse a muchos de los diseñadores actuales.
 
Sin embargo, a pesar de todos estos logros técnicos, Mario 64 se hizo un hueco en los corazones de muchos jugadores porque nos hizo sentir que estábamos ante algo diferente, nos hizo experimentar cosas nuevas. Aún recuerdo y siempre recordaré como, tras apenas unos minutos de juego y tras haber trepado por la montaña del primer nivel y alcanzado la cumbre, eché la vista atrás (virtualmente hablando) y aprecié las vistas. O cuando me sumergí en el inmenso lago de Jolly Roger Bay y distinguí al fondo del mismo (con un uso envolvente del sonido que abría nuevos canales de música conforme ibas alcanzando mayor profundidad) un inmenso barco pirata rodeado de la fauna marina. Al igual que en casos anteriores, todos estos momentos (que no se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia) han sido superados desde entonces por multitud de juegos, pero haberlo hecho por vez primera en este título hace que Mario 64 haya ocupado un lugar de honor tanto en la lista de los mejores juegos de la historia, como en nuestros corazones.
 
-Goldeneye 007 (Rareware, Nintendo 64, 1997)
 
 
Goldeneye 007 es, probablemente, junto al Street Fighter II, el juego al que más horas le dediqué en mi adolescencia. Y no estoy hablando de las horas necesarias para acabarme el juego en distintos niveles de dificultad, sino de horas y horas repitiendo los escenarios una y otra vez hasta aprendérmelos de memoria. Goldeneye 007 es, por tanto, uno de los juegos con los que más he disfrutado en TODA mi vida.
 
Y francamente, si le dediqué tantas horas fue por algo. Olvidaos del Metal Gear Solid, juego que todo el mundo consideró como la revolución de los videojuegos en su momento (cuando no es más que un juego con interminables textos que leer a través del códec, escenarios pequeños y repetitivos, y una vista cenital que impide que te metas a fondo en la acción). La verdadera revolución fue Goldeneye 007. Fue el primer juego de acción en el que había que cumplir con una serie de objetivos y no sólo matar a los malos. El primer juego de acción (ANTES que Metal Gear Solid) en el que mantener el silencio era primordial para superar algunas misiones con éxito. El primero también en el que podías usar un rifle con mira telescópica, y el primero también en el que los personajes tenían una inteligencia artificial fuera de lo común y un comportamiento casi humano (¿recordáis como los soldados rusos espantaban moscas o se rascaban cuando no sabían que estabas a sus espaldas?).


Todo ello con un diseño de escenarios soberbio y muy variado (desde bases secretas a escenarios abiertos, barcos, trenes, las calles de San Petersburgo), momentos para el recuerdo (la huida del tren utilizando un reloj láser para romper las bisagras de una trampilla de acceso, o la posibilidad de montar en un tanque a través de las calles de san Petersburgo…entre MUCHOS otros) armas totalmente realistas e innovadoras (desde la clásica ppk, aquí llamada PP7, de 007 hasta el clásico AK 47, pasando por lásers granadas y minas de proximidad.) y un diseño cinemático de la acción que conseguía que nos metiéramos a fondo en la misma.
 
El broche de oro lo ponía un revolucionario multijugador a pantalla partida que, a mi juicio, JAMÁS ha sido superado, ni por el propio Perfect Dark de Rare ni por ningún juego On line actual como los Call of Duty, (más que nada porque el juego On line tiene bastante menos gracia que el multijugador a pantalla partida debido a la lejanía de tus oponentes a los que no puedes chinchar a la cara) y que estaba perfectamente equilibrado en cuanto a escenarios y modos de juego.
 
 
 
Por todo esto y muchas más cosas Goldeneye 007 se convirtió en un juego revolucionario (conocido por muy pocos en su momento debido al predominio de la PSX sobre la N64) que supuso un salto de calidad enorme para los juegos de acción del momento y que merece que lo rescatemos del olvido no sólo para darle el crédito que merece, sino también para echarnos unas buenas partidas a sus diversos modos de juego al tiempo que nos calzamos entre pecho y espalda un buen Martini con Vodka. Eso sí, mezclado no agitado.

2 comentarios:

  1. Falta el TETRIS!!!! jajajajaja :) Y Super Mario Kart!!! :)

    El mejor el Mario de Game Boy, qué recuerdos!!!!!!!

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    1. jaja esos eran buenos pero no marcaron tanto nuestras vidas...tal vez en la segunda parte del post!

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