
Cuando se anunció a los medios de comunicación que, tras el enorme éxito de “Man of Steel”, su secuela iba a incorporar como personaje principal a Batman (que es probablemente uno de los superhéroes más apreciados por el público en general y el fandom en particular) todo el mundo dio por hecho que, por fin, Warner Bros estaba siguiendo el camino correcto (iniciado por Marvel un par de años atrás) y estaba dando pequeños pero precisos pasos para dar pie a la creación de un universo cinematográfico análogo al creado por Marvel Studios pero integrado por todos los héroes de DC.