domingo, 22 de diciembre de 2013

5 SENCILLOS PASOS PARA CONVERTIR UNA MANCHITA EN UN MANCHURRÓN

 
Tal vez recordéis una de mis primeras entradas titulada "Crónica de una noche chunga" en la que relataba mi fatídica experiencia en una noche de Agosto de 2011 en la que el calor, y el ruido me impidieron pegar ojo...Podéis ver la entrada en:
 
Como en aquella ocasión, esta semana quiero relataros la breve pero espeluznante historia de como una pequeña mancha de comida en una camisa puede convertirse sin comerlo ni beberlo en un increíble manchurrón que es capaz de atraer todas las miradas...
 
¿estáis preparados? Recordad...la siguiente historia esta basada en hechos reales...
 
16 de Abril de 2012
 
Un Lunes como otro cualquiera;
 
hora de comer; 
 
me encuentro en la oficina en la que, para más señas trabajo vestido de traje y corbata . Llego a la cocina donde mis compañeros y yo comemos todos los días;
 
hoy he traído un Tupper con macarrones con tomate;
 
no puedo imaginarme los terribles hechos que están a punto de sucederme y que cambiarán para siempre, no sólo el destino de mi vida sino el de toda la humanidad. Pero no nos adelantemos...
 
 
1 Empiezo a comer y como era de esperar me mancho la camisa. Ahora recuerdo aquel día y no me entra en la cabeza que fuera tan imprudente; y más conociendo todos esos estudios científicos que prueban que la probabilidad de mancharte de tomate en una camisa mientras comes es directamente proporcional a lo elegante que vayas (a más elegante más posibilidades hay de que se produzca una catastrofe).
 
 
Asi que, con esa pequeña mancha en la camisa pienso:
“joder, me voy a lavar con jabón que no puedo ir con lamparones por ahí”
 
El caso es que la mancha era, al menos en ese momento, muy pequeña y relativamente invisible para todo aquel que no hubiera reparado en ella con anterioridad. Pero en aquel momento, y a mis ojos era demasiado grande, y no podía permitirme el lujo de que el resto de mis compañeros o mi jefe (que no verían una explosión nuclear ni aun cuando la estuviesen buscando...) vieran semejante estropicio...por lo que me dirijo al cuarto de baño y...
2 Me limpio con jabón la camisa. Acto seguido me voy al secador para secarla y cuando creo que todo está perfectamente limpio, me marcho de nuevo a la cocina para seguir comiendo. Sin embargo cuando llego me doy cuenta de que ahora, además de la mancha en la camisa (que ya no era tan pequeña la jodía), tengo unas pequeñas manchitas en la corbata.
 
Es decir que donde había una ahora había dos. Dos por el precio de una.
En ese momento la mosca se posa detrás de mi oreja y los nubarrones empiezan a cernirse sobre mi cabeza.
 
"Mecagüenlaputa" pienso.
 
Sin embargo intento mantener la calma y me digo a mi mismo:
“coño,que mala pata, se me ha debido mojar la corbata en todo el proceso de limpieza de la camisa... bueno ya se secará, porque sólo es agua”
 
Asi que termino de comer y me voy a mi mesa pero...
3 Al subir me doy cuenta de que lo que sea que ha mojado la corbata no se seca
 
"Cagoenlaputa"
 
y no es para menos; la mancha en la camisa no sólo se mantiene sino que se ha agrandado y ahora hace juego con otras manchurroncitas muy cucas en mi corbata.
 
Deduzco que la corbata se ha manchado con jabón cuando he tratado de limpiar la camisa y pienso que lo mejor es que trate de aclararla cuanto antes o se quedará la marca, por lo que me dirijo de nuevo al cuarto de baño y...
 
4 Remojo la corbata para quitar las manchitas y la pongo a secar al sol
Cuando lleva 5 minutos me fijo en que lejos de haber desaparecido,
ahora queda un pedazo de rastro allí donde una vez estuvo manchadita con unas pequeñas motas.
5 Al tiempo, me doy cuenta de que la corbata es de seda
6 ME CAGO EN LA PUTA
CONCLUSIÓN: Lamparones en la camisa y pedazo MANCHURRO en la corbata que se ve desde mi casa. 8 euros de tintorería para arreglarla y una camisa para tirar.
 
Asi que ya sabéis...si después de leer esta estremecedora historia os encontráis un día vestidos de traje y corbata frente a un buen plato de macarrones con salsa de tomate...pensaoslo dos veces...
 
¡Vuestra corbata os lo agradecerá! (¡y la camisa también!)

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