Tengo que reconocerlo: Nunca he sido demasiado fan de las películas de 007.
¿La razón?
En mi opinión, las películas de 007 son todas iguales. En ellas no existen más que personajes unidimensionales que no tienen emociones ni sentimientos (empezando por nuestro querido espía británico) y en las que lo único que importa es que nuestro agente del Mi6 favorito liquide a los malos y se acueste con las más bellas mujeres a lo largo y ancho del mundo entero.
Este es el esquema de sus películas, o de al menos, la mayoría de ellas. En ninguna hay una progresión del personaje de James Bond, que se descubre unidimensional y carente de emociones. Tampoco se nos cuenta algo importante para él o los personajes que le rodean.Y ninguno de los villanos o mujeres que se pasean por sus películas importan lo más mínimo. Y es que, después de más de 20 películas a sus espaldas, apenas sabemos algo de él. Es por ello desconcertante que, durante casi cinco decadas en las que el personaje se ha estado paseando por la gran pantalla, el público haya respondido fielmente acudiendo en masa , en la mayoría de las veces, a ver cada una de sus películas .
Por si todo esto fuera poco, muchas de las películas de 007 son de una calidad cinematográfica dudosa. Es cierto que hay excepciones, como "Goldeneye" o la propia "Casino Royale" (ambas del mismo director por cierto) a la que me referiré en un momento y a la que, digamoslo ya, considero la mejor película de la historia de 007, pero en su mayoría, y en esta mayoría incluyo filmes considerados por los fans como alguno de los mejores films de James Bond, como "Desde Rusia con amor" o "James Bond contra Goldfinger" la calidad cinematográfica brilla por su ausencia en la mayoría de las películas de la saga (si no me creéis echadle un ojo de nuevo a la mencionada "Goldfinger", en la que hay embarazosos fallos de Raccord y una alarmante falta de foco en la historia en su segunda mitad.)
Es por ello que la llegada de "Casino Royale", de la mano de Martin Campbell allá en 2006 nos dejó a todos estupefactos, demostrando que es posible hacer una excelente película de acción con personajes de carne y hueso que sufran y con los que podamos, salvando las distancias, identificarnos. En aquella película entendíamos los orígenes de un 007 más real que nunca y llorabamos su perdida, entendiendo, por fin, el porqué de su forma de ser.
A pesar de la decepción que supuso su continuación "Quantum of Solace", que cometía el error de continuar partiendo de una película anterior (las películas de 007 son siempre independientes unas de otras, pero "Quantum" comienza justo ahí donde lo dejó "Casino...") la llegada de un excelente director como Sam Mendes (director de grandes películas como "American Beauty" o "Camino a la perdición) evitó que la franquicia terminase por hundirse y nos bríndó la que para mí, es la segunda mejor película de la historia de James Bond: Skyfall
Es por ello que cuando muchos de nosotros conocimos la noticia de que Mendes volvería a la saga con "Spectre" (nombre que, por cierto, no entiendo por qué no se ha traducido) nos pusimos a dar saltos de alegría, pues estábamos ante un director de categoría que nos había brindado una de las mejores aventuras de 007 en toda su historia.
Sin embargo, y para nuestra desgracia, "Spectre" está muy lejos de "Skyfall" y de la propia "Casino Royale". Incluso me atrevería a decir que está por debajo de "Quantum of Solace", quedando por tanto, como la peor película de James Bond protagonizada por Daniel Craig.
Y la verdad, vista la película, esto es incomprensible, porque a priori, "Spectre" cuenta con todos los ingredientes necesarios para ser una gran película: Grandes actores (aparte de Craig y Fiennes, Christoph Waltz como el villano Oberhausser era una opción la mar de interesante) excelente director (el ya mencionado Mendes), un compositor de banda sonora más que competente (Thomas Newman, el de "Camino a la Perdición")...se nota que la producción ha hecho un gran esfuerzo en todos los aspectos de la película excepto en uno, que lamentablemente, es el más importante: el guión
Y es que ese es el gran mal de esta película: No nos cuenta nada. N-A-D-A. La historia va dando tumbos de un lugar a otro sin ton ni son, intercalando secuencias de acción porque sí y porque toca sin que de estas se derive el más mínimo suspense o emoción (dado que la historia y en este caso los personajes nos importan un comino) y sin que nosotros lleguemos a entender muy bien de que va todo el sarao.
Porque esa es otra, se supone que "Spectre" une todas las películas de Daniel Craig como 007, por lo que si no has visto las anteriores puede que te pierdas piezas de información importantes de la película (como la aparición del señor White). Si bien visto el resultado, se podían haber ahorrado perfectamente esa "conexión", pues es tan pobre que apenas cuenta nada revelador que no pudiera haberse obviado.
Por si esto fuera poco, los actores están muy desaprovechados. Una Monica Bellucci que no pinta nada de nada (y a la que Bond se cepilla en los cinco minutos de metraje en los que aparece) un Christoph Waltz que hace lo que puede con un villano tan pobremente descrito (al menos al lado de otros como LeChiffre, el de Casino Royale) que resulta hasta ridículo y una chica Bond tan fría como poco interesante (una vez más, en comparación con otras como la que es la mejor chica Bond de la historia: Vesper Llynd). Quizá el único que se salva de la quema es Dave Bautista, que no dice más que una palabra en toda la película y cuya desaparicíón en el film es decepcionantemente temprana.
Por si todo esto no fuera alarmante, Mendes se da el lujo de que su película alcance las dos horas y media, lo que es a todas luces un exceso en un film de estas características al que cuarenta y cinco minutos menos de metraje le habrían venido que ni pintados para tapar los agujeros de guión, que por cierto, son muchos.
Y sí, técnicamente la película raya a un nivel excelente en todos sus aspectos (ver el plano secuencia, innecesario por cierto, que abre la película con guiño incluido a "Vive y deja morir" con el Barón Samedí de por medio) pero esto resulta insuficiente para un film que deja tanto que desear en el resto de apartados.
Poco más que decir ante un film innecesario, largo, tedioso que, sin embargo, probablemente no evitará que James Bond regrese, como se indica al final de casi todas sus películas.
La pregunta que debemos hacernos es:
¿Queremos que lo haga?
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